sábado, 6 de abril de 2013

DESAYUNO EN TU CUERPO


Diluida la noche, amanezco en ascuas
borracho de placer con tu fragancia,
abrazado al regalo de tu cuerpo húmedo
que resiste a mudarse de mi cama.

¿Existe algo
más rabiosamente saludable
que acariciar con mi mirada
tus pechos desnudos?

Desayuno de sexo,
resaca de besos,
ducha de caricias...
el tiempo es nuestro.

¿Existe alguien
capaz de imaginar mayor reto
que el orgasmo de tu sonrisa
plasmado en unos versos?

Te pones la blusa,
te abrochas la falda,
te recoges el pelo,
sigues tan desnuda...

Tu presencia femenina
se entreteje en las aceras
con los rostros ateridos.
El eco de tus gemidos
me transporta a las estrellas
que aún vagan sin destino.

Café, el diario:
"Semblantes de cinismo
en primera plana,
cien desahucios, las guerras
de los petrodólares,
fotos en blanco y negro
- de ayer -
con un hombre buscando
comida
en un contenedor".

Y aún hay quién dice
que obscenidad es mi cuerpo
cuando está dentro del tuyo.

Obscenas las miradas
frías como un témpano
ante el ocaso de este mundo.
Obscenos los que no saben mirar
mientras te vistes con ternura
tu ideal cuerpo desnudo.